EL VERANO SIEMPRE ES SORPRENDENTE.

 Casi de verano en verano, bueno de nuevo estoy aquí con algunas ideas y lecturas. 

Pero de momento os contaré que me he pasado estos días de máximo calor disfrutando de un jardín, mi jardín. 

No ha sido un verano viajero, como en otras ocasiones. Ha sido un verano de flores y libros, por eso os voy a presentar una de mis lecturas, pues he recorrido librerías, bibliotecas.... además de las acostumbradas visitas a la oferta expositiva.

El verano tiene esas temperaturas que no inspiran andar recorriendo la ciudad, y si tienes la suerte de tener un rincón favorito y un libro, podrás conocer mundo y vivir vidas...

Hoy os quiero contar una de esas experiencias. Me he acercado a la literatura africana, y genial la experiencia, por eso os lo voy a contar. 

Ya había leído el titulado "El chico que nunca se rindió", una narración increíble, muy humana, pero sobre todo una lucha muy inteligente, y que merece la pena leer. A veces no somos comprensivos con caminos diferentes u oportunidades que nos brinda la ciencia en su camino. 

Pero no es este el libro que he descubierto. 

Todo empezó con la "Feria del Libro", que llega a muchos lugares, y en concreto a una población rural, o no tanto, con zona industrial y con un desarrollo increíble de servicios... y allí está la Biblioteca de El Casar y sus magníficas bibliotecarias. 

Pues fue la encargada de nuevas adquisiciones la que se dejó llevar hasta la casta de literatura africana, y ese es el motivo de una genial adquisición: "La huella del zorro", de Moussa Konaté.


Esta obra es una novela policiaca, pero con una mentalidad diferente, con unos personajes diferentes, con una situaciones diferentes... 

Se trata de una apasionante novela que no deja que pares, que te envuelve..., una obra literaria genial, que nos enseña además geografía, situando los pueblos que proceden de tiempos pasados y que tienen sus costumbres y forma de vida, sus mitos, su cultura... y sus creaciones, su arte

Esto también nos sirve para la comprensión y conocimiento de ritos, arte..., esta vez, en concreto sobre el arte kanaga y sus máscaras, nos narra los mitos del País Dogón, en Mali. 

En la lectura de esta novela, somos conscientes de la problemática de la creación de los países actuales sin tener en cuenta las etnias y sus territorios. 


No es el arte africano de la materia de la que más conocemos los no eruditos, a pesar de que lo podemos encontrar en los museos, como es este caso, en el Museo Centro de Arte Reina Sofía. 

El arte africano fue esencial para los artistas que cambiaron la forma de expresarse en los primeros años del siglo XX. 

Y la literatura nos puede acercar a un modo de comprender su uso y el pensamiento de estos pueblos, que evolucionan tal y como marcan nuestro tiempo, pero que luchan por comprenderse, luego vamos a intentarlo nosotros también. 


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