Continuamos abiertos durante el verano, como hace ya algunos veranos.
Agosto, va discurriendo con la serenidad y parsimonia de este mes en Madrid, lo que brinda un poco de sosiego a la vida en la ciudad.
Lo cual nos lleva a realizar nuestras actividades con un animo relajado, dejándonos llevar por la ciudad o tranquilamente en casa y conectados para ocuparnos de temas de arte, exposiciones que quizá no podamos disfrutar de otro modo... 
Y visitando espacios que nos ofrezcan la sensación de aire libre y verano en Madrid. Esa ha sido una de nuestras actividades, una pequeña visita a la "Dehesa de la Villa".
El espacio que ya no cuenta con las dimensiones que tenía en la Edad Media, pero sí guarda toda la historia del desarrollo de nuestra ciudad. Su núcleo ha quedado en torno al espacio que gestionaba el uso: La Casa del Escudo. También se ha incluido alguna escultura, como la de Andres Bello, hombre a caballo entre el siglo XVIII y el XIX, Y con una visa entre Venezuela y Chile, entre Caracas y Santiago...
Hoy vemos la Dehesa llena de pinos, parece que no procede con su denominación. Desde luego el origen de su arboleda eran: carrascas, encinas...Todo un bosque mediterráneo.
De aquella vegetación aun quedan restos, pero la plantación de pinos piñoneros del s. XIX fue muy importante y densa, pues con el tiempo se iban proponiendo cada vez más espacios de prado y eso restaba arboleda. Desde luego que la Dehesa es un magnífico espacio, por su
orografía, pradera, pinares... y por su continuo acceso al agua... está llena de fuentes, puntos que dan respiro y aliento para refrescarnos. Solo un problema, las fuentes están tomadas por paseantes con perros, que a veces, no son conscientes que no es bueno que el can beba directamente del grifo, pues hay recipientes en todas las fuentes para los animales. También es un espacio para pasear, tomar el fresco, relajarse, jugar con niños, hacer deporte, recorridos a pie y en bici...
Y muy importante y que hay que destacar: el Centro de Interpretación de la Dehesa, donde se proponen actividades para grupos, colegios... y donde siempre hay una propuesta para el curioso...
No me voy a olvidar de que siempre hay un lugar para merendar, ahora hemos de llevar nuestra merienda y bebidas de casa, pero un estupendo espacio al aire libre.
Poco a poco se fueron segregando espacios para dar cabida a otras realidades, y una puede ser el Instituto La Paloma, ahora frontero a una de las líneas de acceso. la intromisión de espacios que parecen fuera de lugar como el Instituto médico Fabiola de Mora y Aragón -dedicado a enfermedades y deterioros laborales-, y con zonas de  |
| Espacio denominado Cerro de los Locos |
nombre curioso como el llamado "Cerro de los locos", una protuberancia en su movido relieve. En nuestro paseo encontramos una muestra magnifica de ingeniería que deja a su paso los "Capirotes del viaje de Agua", marcando como llegaban las aguas a Madrid.
Zonas que nos hablan de una historia más recientes como son los restos de defensas durante la última guerra civil, y respecto a la vida en Madrid, a sus habitantes por estos lares, encontramos espacios como la Fuente de la Tomasa, que resultó ser un punto de encuentro para jóvenes de otros días.
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La fuente de la Tomasa
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El tiempo nos ha ido contando muchas cosas y alguna respecto a espacios en el entorno de los actuales límites, en la zona que linda con Ciudad Universitaria se encuentra el CIES, que también dejó su huella ambiental, tal y como se nos cuenta en la actualidad sobre un problema a consecuencia de sus estudios.
Este espacio verde que fue mermando a consecuencia de los diversos usos, circunstancias y necesidades... hoy se ve reforzado en sus límites con las huertas.
Os lo recomiendo, y en el paseo podéis disfrutar de su fauna: ardillas, multitud de especies de aves... que se pueden observar y participar en una jornada de anillado.
Agosto, va discurriendo con la serenidad y parsimonia de este mes en Madrid, lo que brinda un poco de sosiego a la vida en la ciudad.
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